El hígado es uno de los órganos más vitales del cuerpo. Una de sus funciones principales es descomponer los nutrientes que obtenemos de los alimentos y convertirlos en glucosa, que puede ser utilizada como energía de inmediato o almacenada en forma de glucógeno para su uso posterior. El hígado también filtra sustancias dañinas del torrente sanguíneo, asegurándose de que sean eliminadas del cuerpo. Otra función que tiene el hígado es producir bilis, que ayuda a descomponer las grasas y facilita la digestión.
Enfermedades del Hígado
Las enfermedades del hígado se están convirtiendo en una preocupación médica cada vez más importante a nivel mundial. La hepatitis, de la cual existen dos tipos, A y B; la cirrosis y el cáncer de hígado son algunas de las enfermedades más comunes. El alcohol es un factor principal en la causa de las enfermedades del hígado.
La hepatitis A se encuentra principalmente y se propaga a través de alimentos y agua contaminados o mediante un contacto cercano con una persona infectada. A diferencia de su homóloga, la hepatitis B se transmite a través de la sangre y los fluidos corporales. Por lo tanto, se puede contraer mediante relaciones sexuales sin protección, el intercambio de agujas o de una madre infectada a su bebé durante el parto.
La cirrosis es una condición médica que ocurre cuando el tejido hepático saludable es reemplazado por tejido cicatricial. Naturalmente, cuando el tejido cicatricial está presente, la función hepática disminuye. La exposición a carcinógenos o una enfermedad hepática prolongada también puede causar cáncer de hígado. Algunos de los síntomas de las enfermedades del hígado pueden incluir fatiga, dolor abdominal y ictericia.
Un signo revelador de la ictericia es cuando la piel y los ojos comienzan a ponerse amarillos.
El Hígado y la Medicina Energética
En la Medicina Energética del Qigong, el hígado está estrechamente vinculado a emociones como la ira y la frustración. Cuando alguien siente ira o frustración de manera regular, esto provoca una acumulación tremenda de energía negativa, que se estanca en el hígado. Esto causa una interrupción en su funcionamiento normal. La sobreexposición a emociones intensas como la ira y la frustración también provoca una producción excesiva de la hormona del estrés “cortisol”.
Esta hormona del estrés puede dañar las células del hígado y causar inflamación. Es en el momento en que la energía se vuelve completamente tóxica que manifestamos síntomas físicos como problemas digestivos, dolores de cabeza y fatiga crónica.
En la Medicina Energética, se cree que la práctica de ejercicios específicos puede ayudar a equilibrar las emociones y promover la salud del hígado. Estos ejercicios se centran en liberar emociones negativas, calmar la mente y promover el flujo de energía en todo el cuerpo. Los remedios naturales pueden desempeñar un papel significativo en la salud del hígado.
Prevención de Enfermedades Hepáticas
La prevención es mejor que la cura, por lo que es mejor:
- Moderar la cantidad de consumo de alcohol o evitarlo por completo.
- Minimizar la exposición a productos químicos dañinos.
- Seguir una dieta saludable rica en frutas frescas y verduras amigables para el hígado, como verduras de hojas verdes y remolachas, granos enteros y proteínas magras.
- Evitar el consumo de alimentos procesados.
- Reducir el consumo de azúcar y sal.
- Beber mucha agua: mantenerse hidratado ayuda a eliminar las toxinas del hígado y otros órganos.
- Tomar un suplemento como el cardo mariano y/o la cúrcuma, que también se cree que ayudan a desintoxicar el hígado y a mantenerlo saludable. Por cierto, el cardo mariano contiene silimarina, que es un antioxidante probado que protege las células del hígado contra el daño. La cúrcuma, por otro lado, contiene curcumina, que tiene propiedades antiinflamatorias que no solo apoyan al hígado, sino a todas las células del cuerpo.
- Otros suplementos recomendables son el bupleurum, que desde la Covid-19 se ha vuelto cada vez más difícil de encontrar; y Exipure (ver abajo).
- Hacer ejercicio regularmente, ya sea caminar, andar en bicicleta, nadar o bailar en su sala de estar, ayuda a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas. Dado que las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas, el ejercicio regular puede ayudar en el control del peso.
- Aprender técnicas de manejo de la ira, la frustración y el estrés, como la meditación de la atención plena, el yoga y ejercicios de respiración profunda. Estas son solo algunas de las herramientas que se pueden utilizar para calmar la mente y ayudar a controlar mejor las emociones negativas.
Un cambio en la mentalidad y aprender a controlar nuestras reacciones emocionales, en cualquier circunstancia, es crucial para sanar el cuerpo de cualquier enfermedad.